jueves, 29 de abril de 2010

Billy Idol, Facebook y las redes

El poder de las redes vs. el poder censurador humano


El poder de las redes” fue publicado en el blog de su autor, David de Ugarte, hace ya algunos años. Con más de 15.000 descargas –gratuitas desde ya- continuó con el ideal de la contracultura Cyberpunk española de la que fue precursor y didacta. Pionero de la investigación socio-tecnológica, de la evolución de las redes como forma de relación, economista, escritor y bloggero, analiza en su libro la evolución de la comunicación global. Traza un paralelismo entre las distintas etapas de la historia moderna y su correlación con la forma de unir nodos, personas, países, bloques, instituciones.

Establece que las redes pueden ser divididas en tres tipos: centralizadas, descentralizadas y distribuidas. El primer caso puede ser visto en una monarquía, donde todas las decisiones pasan por un solo nodo o persona. Un ejemplo del segundo se hace evidente al observar la distribución de “poderes” en la redacción de un diario. Ahora bien, la tipificación que nos interesa es la distribuida. En esta podemos ver ejemplos actuales que rigen en el día a día del usuario promedio de Internet. Facebook, My Space, Blogs. Internet en sí es una clara red distribuida, donde no podemos encontrar un nodo único con mayor poder de decisión o censura que el resto.

“Su potencia reside en que desaparece de hecho la capacidad de filtro: eliminar o filtrar a un nodo o un conjunto de nodos no frenará el acceso a la información. Al contrario del sistema informativo descentralizado nacido del telégrafo, es imposible “cortar puentes” y controlar la información que llega a los nodos finales mediante el control de unos cuantos emisores.”

Pero es aquí donde encontré la única falla en el axioma establecido por de Ugarte. Si bien en la mayoría de los casos esto se cumple, podemos encontrar excepciones a la regla –cuándo no-. Cualquier sistema creado por el hombre puede ser coaccionado o censurado. Analicemos el caso de China. Si bien es un país tecnológicamente avanzado, por encima de la gran mayoría del resto del mundo, posee un gobierno autoritario. Una suerte de Gran Hermano asiático que dispone de vastísimos recursos para regular la información que entra y sale del país por una “red descentralizada” como es Internet. Por más que elevemos el pensamiento utópico de la imposibilidad de controlar algo que parece tener vida propia, la posibilidad está. Existe. ¿Por qué? Porque es un sistema de origen humano, con límites físicos y virtuales.